- “Viaje a Tombuctú” rescata la memoria del país, ¿qué parte de nuestra historia es clave para el filme?
- Los años ochenta. La película recoge un tiempo en el que estaba muy joven y mis amigos también. Son recuerdos míos y de la gente que me rodeaba en esa época. La violencia en la película no trata solo de terrorismo, pero es parte del contexto.
- Claro, en la película no hay violencia explícita...
- La violencia está en off. Te enteras de las cosas por la radio y la televisión. El concepto de la película es resultado de lo que acontecía en el país. Es la historia de unos adolescentes, una historia de amor.
- La relación de Ana y Lucho refleja una realidad común a los jóvenes de esa época, ¿cómo es el amor en tiempos violentos?
- Bueno, el contexto era muy complicado. La mayoría de jóvenes quería irse del país. Eso de por sí era un conflicto. Fue toda una generación que huyó.
- ‘Tombuctú’ hace referencia un poco a eso, a un destino utópico, ¿se frustraron los sueños de tu generación?
- Bastante. No sólo muchos sueños personales sino también como ciudadanos. Se perdió la fe en el país. Muchos se fueron y no quisieron regresar. Se quedaron con la idea de lo vivido.
- ¿La película es un homenaje a ellos?
- Sí. Yo siento que en el cine peruano no me contaron mi historia. No nos han contado lo que vivimos la clase media empobrecida en esa época.
- Además se percibe algo muy personal en la película, ¿hasta qué punto estás en el personaje de Ana?
- Estoy en los dos personajes principales. Me camuflo en Ana y Lucho. Él es el que escribe y lee. Ella aprende de él. Hay cosas de los dos que son parte de mí, pero cuando era más joven.
- ¿Y por qué actores desconocidos?
- Quería naturalidad. El cine peruano, en general, no se caracteriza por la naturalidad. Hay una tendencia a la sobreactuación, a lo teatral. No quería eso. Y el resultado es que mis actores son iguales a los personajes. Se han interpretado a sí mismos pero en los años ochenta.
- La música de la película trasmite nostalgia por esos años, ¿cómo fue la selección de las canciones?
- Mi guión ya venía con el soundtrack. Cuando lo escribí estaban todas las canciones que quería escuchar. Por ejemplo, Pasajera en Trance de Charly García, que es el tema principal de la película, estaba en el guión desde la primera versión. Me aferré a ella y como sea tenía que estar…
- ¿Fue difícil conseguir la autorización?
- Sí. Charly no está muy bien de la cabeza. Hubo que hacer toda una búsqueda, rastrear a quien se ocupa de sus derechos de autor. Incluso hubo un problema con una de las cláusulas de Sony. Con Soda Stereo fue más fácil y eso que Cerati está en coma.
- A sólo meses de su estreno a nivel nacional ¿cómo crees que será recibida?
A mi generación le va a gustar por un tema de nostalgia, el hecho de ver los cassettes, la música de Soda, Charly, Indochine. Va a ser bueno para recordar cómo éramos de jóvenes. Pero, mi reto principal es que la vea gente más joven porque son los que no saben lo que pasó.
(*) La entrevista fue publicada en Diario16, meses previos al estreno de la película a nivel nacional.
Publicado: 2014-06-08
Charly García no imaginaba, mientras escribía Pasajera en trance, que su canción acompañaría a Rossana Díaz Costa por “Viaje a Tombuctú”, su ópera prima en cine en la cual plasmó una historia de amor en medio de la violencia de los años ochenta que sacudió al país. La película no es solo el reflejo de una sociedad sesgada por aquel desolador contexto; contempla en ella el desenfreno romántico de dos adolescentes y sus ganas por escapar de ese país que cada vez parece pertenecerles menos.
Escrito por
Sally Jabiel
Periodista. A veces escribo para la ONU. Otras, para mi madre.